La gestión del tiempo y actividades es vital para el progreso de las tareas. Es común y habitual el sentimiento de frustración cuando termina nuestra jornada laboral y nos damos cuenta de diversos pendientes. En este punto es importante recordar que los procesos están en constante movimiento para cualquier Organización, por lo que, siempre habrá algo que ejecutar o una nueva actividad; de ahí la importancia sobre tolerancia a la frustración en el desempeño laboral. Por ello, valdría hacer un autoanálisis y ejercicio de introspección si la aglomeración de pendientes es algo frecuente en tu jornada, entonces podríamos pensar en dificultades sobre la organización y productividad.
El mundo acelerado y digitalizado en que vivimos, constantemente pone a prueba nuestra capacidad de concentración, organización y sentido de disciplina; podemos estar varias horas en nuestro ordenador y/o área de trabajo y no por ello ser productivos. Muchas Organizaciones que tienen presente esta variabilidad, emplean métodos y softwares para tener orden sobre la gestión del tiempo y alcance de resultados en sus trabajadores.
Lo anterior no presupone un aspecto negativo necesariamente, sin embargo, lo preferible sería que esta regulación fuera por voluntad propia y no por un medio de control. Es más beneficioso en cuanto a crecimiento individual pues el aprendizaje será personal y los frutos serán tanto para la Organización (respecto a la productividad y alcance de objetivos) como para el/la trabajador/trabajadora (respecto al sentimiento de logro y desarrollo personal).
Ahora ¿cómo puedes mejorar tu rendimiento laboral? Sin duda, el foco está en los hábitos. Aquí te presento algunas acciones puntuales para evitar la dispersión y mejorar tu productividad.
Acciones para mejorar tu productividad laboral
– Organiza tu día. Dedica los primeros 10-15 minutos de tu jornada para ordenar tus tareas en relación a tus objetivos por alcanzar.
– Crea plazos. Asignar horarios para tus tareas te ayudará a evitar la procrastinación y agilizar tus actividades según cómo organizaste tu día.
– Establece orden de prioridad. Seguro has escuchado sobre diferenciar lo «urgente» de lo «importante» y es muy necesario, puedes apoyarte de elementos gráficos digitales o manuales (pizarrones, notas adhesivas, apps, etc.) que te apoyen en tener claridad para diferenciar este tipo de pendientes.
– Identifica tus ladrones de tiempo. Es importante no confundirlos con los breaks sanos y necesarios, pues éstos permiten el desarrollo de creatividad y mejorar la vitalidad para nuestro desempeño del día. Sin embargo, podemos caer en muchas actividades improductivas o abuso del tiempo en ellas, principalmente.
– Agenda tus pausas. En relación al punto anterior, marca un horario para tus descansos y así como deberás respetar estos reposos, también deberás respetar tu horario laboral.
– No abuses del multitasking. Claro que es una gran capacidad el poder llevar varias actividades a la vez. Sin embargo, hay una línea delgada con el sentido de insatisfacción y aparición de estrés. Por ello, regula que esto no sea algo de todos los días.
¿Qué te parecen estos puntos? Mejorar tus hábitos para ser una persona productiva tendrá múltiples beneficios. No solo para el ámbito laboral, sino todas las esferas personales, aunado a que incidirá favorablemente en la reducción de estrés.
Conclusiones
La pandemia trajo nuevas modalidades laborales. Estas dieron mayor peso a la digitalización de procesos donde en muchos contextos veíamos la necesidad de seguir produciendo o en su defecto producir más . Y así aparecieron las polaridades de trabajar menos por las distracciones en casa o trabajar de más. Esto creó un reto sobre el derecho a la desconexión donde hay confusión en dónde empieza y dónde termina mi trabajo.
Sé fiel a tus hábitos de organización para tu desempeño laboral y de la misma manera serás fiel a tu espacio y tiempo personal. Así podrás lograr un equilibrio.