El término «optimismo» es bien conocido aunque no del todo aceptado, puesto que hay quienes lo consideran con un toque irrealista o de negación. Ser optimista es una actitud y disposición por dar frente positivo a las circunstancias difíciles de la vida, no implica ingenuidad ante las complejidades, sin embargo, el término de optimismo inteligente nace de la necesidad por enfatizar la aceptación, persistencia y resiliencia como conceptos interrelacionados.
¿Habías escuchado este término anteriormente? El optimismo inteligente es una habilidad y capacidad con dos enfoques claves; por un lado, notar la realidad desde la objetividad (es decir, somos conscientes de los obstáculos o frustraciones), por otro lado hay una búsqueda y puesta en acción por resolver, crecer y aprender.
La idea central es focalizar la atención en lo positivo de la situación y a la vez mejorar lo que no resultó. Esta habilidad presupone un equilibrio, donde es importante aprender a disfrutar y valorar lo que sí funciona en nuestra vida sin hacer de lado lo que no va bien, buscando la forma de trabajar en esto desde la proactividad. El optimismo inteligente es una capacidad que ayuda a un estilo de vida más saludable, pues reduce la aparición y efectos del estrés por afrontar las adversidades.
Al igual que todas las habilidades, el optimismo inteligente lo podemos desarrollar y entrenar hasta configurarlo como hábito. Te recomiendo que tomes en cuenta estos puntos para mantener el optimismo inteligente en tu vida cotidiana.
1. Sé persistente. Siempre habrá dificultades o contratiempos en el camino pero no permitas que ello haga que abandones una meta, pues deja un sentimiento de «incapacidad» que no es real.
2. Trabaja en el autoconocimiento. Los ejercicios de reflexión siempre serán positivos para el crecimiento personal, ya que permiten ver tanto las cualidades como las áreas de oportunidad.
3. Considera las experiencias como oportunidades y no como amenaza. Detén los pensamientos que llevan al estrés o autosabotaje (“tengo que, si no lo logro, qué pasaría si, si yo hubiera” etc.).
4. Centra tu atención en el presente. No recurras al pasado para recriminar o al futuro para angustiarse. Si tus pensamientos viajan en el tiempo, busca las lecciones del pasado desde un punto positivo y las oportunidades y metas del futuro.
5. Organiza tus metas. “Todo es posible” pero también es necesario que nuestros planes sean alcanzables y llevemos pasos concretos, de lo contrario, la posibilidad de deserción es mayor.
¿Te gustaría desarrollar el optimismo inteligente? ¿Qué necesitas trabajar en ti para lograrlo? Recuerda que la vida es un constante aprendizaje y evolución, y siempre tenemos la opción de elegir qué hacer con esa experiencia/situación/etc.